Artistas y trabajadorxs de la cultura atravesaron el último año y medio tal vez una de las peores crisis que se dio a nivel global y que afectó de igual modo al país y a la región. Un contexto complejo no sólo sanitario, sino también social, político, económico y cultural.

En el año 2020 muchxs artistas comenzaron a organizarse y a poner límites al trabajo artístico no pago. Empujados por el covid-19 se generaron instancias de trabajo colaborativo, se tendieron redes pero sobre todo se instaló la necesidad de repensar la creación cultural como un trabajo y la imposibilidad de ejercerlo en tiempos de crisis como una emergencia.

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En el Día Internacional de lxs Trabajadorxs artistas, gestorxs y productorxs convocan a paralizar las redes sociales durante las 24 horas, suspendiendo todo tipo de actividades e interacciones en una acción performática que busca dar cuenta del trabajo invisible que hacen lxs artistas.

En este 1 de mayo nos interesó preguntar a tres artistas, gestoras y productoras: ¿Cómo se ganaron la vida en este tiempo? ¿Cómo articularon las demandas de su colectivo? ¿Qué herramientas encontraron para monetizar su trabajo? ¿Permitió la pandemia construir micropolíticas de resistencia y autogestionar el trabajo armando proyectos en conjunto? ¿El contexto de emergencia además de profundizar la crisis potenció el deseo de estar organizadxs?

 

Vicky Gómez de Capitana Rosario

La estrategia que nos dimos durante el aislamiento y la pandemia tuvo que ver con dos herramientas. En una primera etapa la idea fue volcarnos y amigarnos con el mundo virtual. Nosotras no teníamos tienda virtual ni página web así que pusimos todo a disposición para crear la página y la tienda virtual. La segunda fue una producción de objetos propios, ya que veníamos brindando impresión para servicios de terceros y la pandemia nos empujó a producir nuestros propios cuadernos, libretas, afiches, con marca Capitana para ser vendidos en la tienda on line. Eso nos permitió salir adelante, en el medio de la pandemia nos mudamos y eso requirió una inversión, esa estrategia nos permitió poder realizarlo sin detener el funcionamiento del taller.

También nos dimos algunas instancias de trabajo cooperativo con amigues de la cultura. Trabajamos junto a la ilustradora Jazmin Varela con quien armamos este proyecto que es un cuaderno de dibujo con stickers impresos en risografías a cuatro tintas. El relato lo fuimos construyendo a partir de lo que nos estaba pasando, el armar algunas instancias cooperativas, poner herramientas que cada une tenía a mano y lo hicimos a partir de la estética del Amargo Obrero, una bebida rosarina creada por trabajadores que al no poder acceder al aperitivo de la burguesía que era más caro y también más dulce, produjo uno más accesible y con un sabor que identificaba a los trabajadores.

Tomamos esa historia y esa estética y en vez de levantar la hoz la mano de la gráfica levanta un pincel. Es una mano que no se identifica con ningún género, puede ser de una mujer o de una disidencia. Ese símbolo local, tomar el Amargo a la tarde cuando estamos cansados y nos disponemos al disfrute fue la idea que tomamos para crear esas ilustraciones.

Teníamos pensado largar a la venta el 1º de mayo, pero nos vamos a sumar a un paro de trabajadorxs del arte para poder visibilizar la organización detrás del arte y la cultura donde hay trabajadorxs que tienen familia y que destinan su tiempo y su trabajo a la producción cultural del pueblo.

 

Vir Negri, de Agrupación de Artistas de Rosario. Poeta, artista plástica, visual, productora cultural

El contexto de pandemia hizo estallar vulnerabilidad y el no reconocimiento del trabajo de lxs artistas que venía de antes. Desde siempre se ha considerado que lxs artistas han trabajado por amor al arte pero lo que no había eran nomencladores y referencias para saber qué, cuánto y cómo cobrar por nuestro trabajo.

A partir de la pandemia empecé a participar de dos agrupaciones de artistas una que se conformó en Rosario y es la Agrupación de Artistas de Rosario que trabaja en red con Artistas Visuales de Argentina ambas se conforman a partir de la emergencia de la pandemia en abril 2020.

Pensándonos como sujetos de derecho como personas que ejercen un trabajo empezamos a profundizar en las problemáticas eternas de los artistas visuales, a través de hacer este ejercicio de preguntas, entendimos que era urgente la elaboración de un tarifario, porque no sabíamos que cobrar a la hora de hacer nuestro trabajo.

Fue arduo porque los territorios y polos culturales en Argentina son bien diversos, y el desafío es cómo hacer para que se aplique en todo el país.

Pero lo más difícil es que como artistas visuales muchxs compañerxs no se autoperciben como trabajadorxs, porque hay cierta romantización del trabajo, con la idea de “hago esto porque me inspira”.

Por eso, la primera acción fue el auto censo para poder percibirse y reconocerse como trabajadorxs de las artes.

Casi 5 mil personas se censaron de todo el país y nos permitió conocer qué pasa en nuestra región pero también en Formosa, Corrientes, Misiones, Entre Ríos.

En este tiempo lxs artistas pudimos juntarnos, colectivizar las luchas y pensar en el bien común de todxs, no de cada unx. Pudimos poner en debate el rol de lxs artistas como trabajadorxs, los honorarios y también la idea meritocrática de premios y becas.

Hay fondos que no contemplan como justificación del premio el gasto en honorarios propios del creador o del equipo. Como hay premios a la trayectoria para artistas de más de 70 años que son una pensión jubilatoria, un derecho que deberías recibir sin ser premiado.

 

 

Ani Bookx, artista, música.

Pude sostenerme con la actividad artística pero con el privilegio de no pagar alquiler. En la pandemia hice varios vivos, algunos pagos por suerte y tuve un encargo del Centro Cultural Kirchner que fue un ingreso interesante aunque tardé un poco en cobrarlo.

Mi economía artística gira en torno alrededor de las presentaciones en vivo, y claramente con la imposibilidad de acceder a esa instancia mucha creatividad fue para buscar la manera de producir, que era un objetivo que tenía y paradojalmente la situación colaboró. Hice una campaña en cafecito para arreglar la computadora y también por suerte me salió bien.

Trabajar en estos tiempos para les trabajadores es complejo desde antes y esto fue un golpe muy duro. Venimos gestionando nuestras carreras, nuestro desarrollo profesional e independiente y comunitariamente y si salimos fortalecidos de esta experiencia es por cómo lo hemos hecho anteriormente con nuestros obstáculos logrando algunas asociaciones comunitarias y colectivas para visibilizar nuestra realidad y para construir transformaciones que nos permitan acceder a condiciones más dignas de nuestro trabajo.

No me gusta hablar de consumo pero la necesidad de bienes culturales y comunicación a través del arte es esencial (una palabra medio compleja para utilizar en estos tiempos) y es crucial para poder dialogar comunitariamente sobre estas experiencias que estamos atravesando casi a nivel civilizatorio que todas las condiciones de vida a las que venimos subyugados sean visibles y estén en debate y discusión abre la posibilidad de una puerta interesante para poder transformar ese debate en cambios sociales. También pudimos arrancar una movida que teníamos intención de hacer hace bastante tiempo, de ir construyendo una multisectorial de trabajadorxs que resulta un hecho sustancial para consolidarnos como trabajadorxs. Es algo que lleva mucho esfuerzo y a su vez desgaste y se suma a esta necesidad que tenemos todes de sobrevivir y de hacer lo que amamos. Para lo cual mantenerse en contacto con la comunidad es muy importante.

Ahora estoy volviendo al estudio para producir y lo hago con gran incertidumbre, sobre todo por los ingresos porque no está pago sino que hay que invertir.

5 mil obras en todo el país
Sobre el autor:

Acerca de Virginia Giacosa

Periodista y Comunicadora Social

Nació en Rosario. Es Comunicadora Social por la Universidad Nacional de Rosario. Trabajó en el diario El Ciudadano, en el semanario Notiexpress y en el diario digital Rosario3.com. Colaboró en Cruz del Sur, Crítica de Santa Fe y el suplemento de cultura del diario La Capital. Los viernes co-conduce Juana en el Arco (de 20 a 21 en Radio Universidad 103.3). Como productora audiovisual trabajó en cine, televisión y en el ciclo Color Natal de Señal Santa Fe. Cree que todos deberíamos ser feministas. De lo que hace, dice que lo que mejor le sale es conectar a unas personas con otras.

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