Contar a través del género de la historieta las grandes historias olvidadas del Litoral argentino es la misión del Colectivo Editorial Aguará.  La iniciativa surgió de la reunión de un grupo de amigos y amigas que venían de distintos recorridos y disciplinas (educación, comunicación, militancia, activismo) pero con un mismo objetivo: hacer de la herramienta contra cultural de la historieta un medio popular, feminista y federal. 

La búsqueda va hacia el recupero de historias marginales que tienen que ver en su mayoría con casos de violación a los derechos humanos y de cómo esas situaciones han tenido una transformación gracias a las luchas y resistencias colectivas. Sus títulos son diseñados con la idea de difundir y promover derechos  y el plus que tienen es que están pensados como recursos pedagógicos para el trabajo en las escuelas. En ese sentido, cada publicación incluye un marco legal y una guía de orientación para docentes. Nos interesa que los y las docentes puedan introducir ciertos debates en relación a la lucha por los derechos humanos. Y en los ámbitos no formales para realizar diferentes actividades con organizaciones sociales”, explica Sabrina Gullino Valenzuela Negro.

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Esto lo ratifica el manifiesto del colectivo donde aparece una cita de Héctor Oesterheld que asegura que si la historieta está bien hecha acerca la posibilidad de producir nuevos aprendizajes. “No es posible dar ninguna lucha en forma individual, ni a través de protagonistas superpoderosos e invencibles. El Eternauta nos muestra un héroe colectivo”, escriben desde el colectivo y agregan: “Nos interesa poner a disposición la potencia de estas publicaciones y que sean un recurso para dar la disputa de los sentidos. Celebramos el arte como herramienta de resistencia y emancipación”.

La editorial ya tiene seis publicaciones: En el nombre de Ana, sobre Ana María Acevedo (la joven de Vera que murió de cáncer cuando le negaron el acceso a un aborto para avanzar en el tratamiento de quimioterapia) ; Pelea de fondo  (la vida de Nora Aracil y Esteban Amatti, un boxeador y una bailarina de Paraná que con sus discursos y prácticas interpelan sobre el binarismo varón-mujer y el derecho a la identidad de género); Génesis   (la historia de Karen y Alexis, una pareja trans de Victoria que superó obstáculos sociales y culturales hasta formar una familia diversa y hoy luchan por los derechos LGTBIQ+); Siempre de pie, (una historia de violencia policial de Martín Basualdo, desaparecido hace 25 años junto a su amigo Héctor Gómez, luego de haber sido levantados en la calle por la Policía de Entre Ríos); y Todos sabíamos, (la historia de Franco Casco, joven víctima de la violencia policial que apareció muerto en el río Paraná) y Domitila

Si bien en Domitila, la última obra publicada, el formato no es de historieta, el sentido no se modifica. “Sale del marco de las anteriores publicaciones que integran la colección Historias Reveladas pero como en todas, recupera las voces silenciadas y la memoria de la lucha de nuestros pueblos, pensando en la Patria Grande. Además, desde el colectivo queríamos producir una publicación especialmente para compartir en el contexto de aislamiento”, señala la editora. 

Entre las próximas ediciones están: Insurrectas sobre las conquistas por la representación política de las mujeres; Elena Moncada, que cuenta la trata de mujeres y esclavitud sexual; una sobre noviazgos violentos y otra sobre la problemática de los agrotóxicos y escuelas fumigadas, a través del caso de María Leiva, la docente fumigada de la Escuela de Basavilbaso que realizó un juicio contras la empresa que fumigó y el productor agropecuario.  

El nombre del colectivo remite al aguará guazú que es el lobo de crin. La decisión de llamar a este proyecto editorial Aguará, que en lengua guaraní significa gran lobo rojo, nace de una necesidad de delimitar una identidad territorial y cultural. Y claro, al identificar a las publicaciones con este animal que habita el litoral argentino, también hay algo de lo mítico que se activa. Dice la leyenda que una vez que se oyó su aullido no se lo puede olvidar y algo de eso persigue el sello: que las historias vivan para siempre. 

Mujer en lucha

Una mujer acostumbrada al hambre se sienta a esperar y logra, con algunas más, torcer el camino y desafiar al poder. Una mujer que es la fuerza de todas”. La frase es una de las más poderosas y conmovedoras de la última publicación del Colectivo Editorial Aguará. Domitila cuenta la historia de una de las protagonistas que integró el Comité de Amas de Casa, la organización sindical que aglutinaba a las esposas de los trabajadores mineros del campamento Siglo XX, el más grande de Bolivia, en los años sesenta.

La historia de Domitila es la de una mujer que en una Bolivia ancestral y machista debe rebelarse y luchar para conseguir condiciones de trabajo más justas para su comunidad. Fue ella, junto con otras cuatro mujeres, las que iniciaron la huelga de hambre que debilitaría al dictador Hugo Banzer en 1978, logrando la apertura democrática.

La historia de Domitila Barrios Cuenca. Mujeres revolucionarias de la Patria Grande se publicó hace algunas semanas en formato digital y de manera gratuita para compartir con lectores y lectoras en el contexto de aislamiento. Escrita por Andrés Sánchez Sotelo e ilustrada por Sabrina Gullino Valenzuela Negro, produjeron en base a una investigación biográfica que se tradujo en un relato literario acompañado de ilustraciones en acuarelas. 

Sabrina y Andrés viven en Rosario. Sabrina es integrante del Colectivo Editorial Aguará, militante de derechos humanos (busca a su hermano mellizo apropiado por la última dictadura cívico militar), forma parte de la agrupación HIJOS y trabaja en Abuelas de Plaza de Mayo Rosario, en el área de Educación y Comunicación. Andrés es escritor, guionista y estudiante de Comunicación Social e Historia. Investigador de artes olvidadas y costumbres perdidas del folklore regional. Aunque la investigación la hicieron en conjunto, Andrés fue quien escribió el libro y Sabrina quien lo ilustró con acuarelas.

“Nos encontramos con la historia de Domitila a través de lecturas inesperadas que se dieron en el marco de la pandemia global, en ese tipo de lecturas que se dejan para cuando se tiene resuelto lo inmediato. Y la verdad que me sorprendió la historia de Domitila, en especial el enfrentamiento que tiene en la Conferencia de la Mujer en la ONU en 1975, cuando de alguna manera, se opone a la líder feminista Betty Friedman y hace una crítica para que se incorpore la mirada de las mujeres indígenas en la lucha. Me sorprendió porque me hizo recordar el encontronazo entre Rita Segato y las Mujeres del Arcoiris de Bolivia y pensé que era una adelantada. Me puse a investigar quién era Domitila Barrios Cuenca, que en realidad su nombre de casada era de Chungara, y encontré el video con las palabras de Galeano en homenaje a ella y a las cinco mujeres que comenzaron con la huelga de hambre frente al dictador Hugo Banzer y me conmovió profundamente”, cuenta Sabrina. 

De esta manera, se sumergió en la historia de Domitila y en la problemática de los trabajadores mineros de Bolivia en 1960. “Tenía deseo de dibujar con acuarela en blanco y negro y entre las lecturas y los bocetos, me llamó Andrés que es amigo desde hace más de veinte años. Le conté y comenzamos a hacer la investigación juntos. Fueron noches en las que escuchamos radioteatros sobre la vida de Domitila y nos adentrarnos a la lectura del libro que escribió que se llama Si me permiten hablar’, en el que cuenta cómo fue el proceso en el que se integra a este grupo de mujeres organizadas. Desde ese momento no pudimos parar, leímos y pensamos qué recorte hacer sabiendo que la historia de Bolivia es muy compleja”, explica.

El libro señala el legado de lucha de Domitila a todas las mujeres latinoamericanas, convirtiéndose en un ejemplo de dignidad y resistencia. En 1978 es la primera mujer en presentarse como candidata a vicepresidenta por el FRI y comprometida con la lucha por los derechos de la clase trabajadora funda la Escuela Móvil, un proyecto de formación política para hombres y mujeres. Domitila muere en marzo de 2012 con 74 años, el gobierno decretó tres días de duelo nacional y le otorgó postmortem la más alta distinción estatal, el Cóndor de los Andes.

“Este libro es consecuencia del aislamiento, ya que tuvimos el tiempo para dedicarnos a investigar y profundizar en la historia de vida de Domitila”,  asegura acerca de este libro movido por el deseo de rendirle homenaje y ponerle voz a una mujer luchadora. 

 

 

la ciudad está en obra
Sobre el autor:

Acerca de Paula Turina

Es Comunicadora Social, egresada de la Universidad Nacional de Rosario. Adscripta en la cátedra de Periodismo Digital. Asiste al taller literario “Alma Maritano” coordinado por el escritor Pablo Colacrai. Algunos de sus cuentos trabajados en ese taller se publicaron en la contratapa del suplemento Rosario 12 de Página 12. Participó en la antología “Yo quería ser manzana”coordinado por la escritora Maia Morosano. […]

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