Nacida en la quinta de sus padres, en Colonia Caroya, Córdoba, Marixa usó desde muy niña el mosto de las uvas con las que se hacÃa vino como tinta para dibujar. Ya a fines de los 90, cuando se instaló en Rosario, con 19 años, para sus pinturas usaba un único color, rojo. Entonces decidió rebautizarse.