En la contratapa del libro de la poeta rosarina, Irina Garbatzky escribe: “Patio con aviones plantea desde el título la escena de lo imposible vuelto posibilidad. En este libro la vida diaria, la maternidad y el barrio se repliegan para dar paso a una fascinación por lo natural, por el deseo de hacer del hogar un bosque, un mar, un océano. La poeta juega con los rastis de su hijo, pero en lugar de casas arma benteveos, ampelopsis y calandrias. El mundo frondoso de Natalia Leggio es melodía fina, pero a la vez bombo, trueno, susurro: ‘el fondo instrumental que descansa lo cotidiano’”.
Aquí dos poemas del libro editado por Perfeito.
Patio con aviones,
el campo apresura el trago y una tarde en tonos
la del cielo, y los pequeños sonidos ajenos
cada casa reconoce sus ruidos, la propia música
el fondo instrumental que descansa lo cotidiano
cruje la hora que oscurece el horizonte
esa línea plena de embarques a ideas de tiempo
suspende la pupila dilatada de amplitud,
un cigarrillo a medias
los juguetes desparramados
alguien hacha a lo lejos pero retumba en mí
rebota directo en las paredes
y en futuro.
***
Está la foto
Es la siesta el silencio intenso de la acción callada
la cuadra lindera levanta polvareda onírica
los vidrios esmerilan el desierto de la calle.
Mi hijo duerme en el piso, en la cama duerme el gato
me detengo, acomodo la imagen desfasada
caen los párpados pesados de otra claridad
cruzo un puente durante kilómetros
y vuelvo a pasar a la inversa
lo que no es reconocible
apabulla la luz
lo que es reconocible
una brisa amorosa que te abraza,
fuera de quicio está el tiempo
la ceremonia necesaria
para elegir los lugares donde sentarse a mirar.