Un bestiario cotidiano
Un acercamiento personal a la obra de la artista Mele Bruniard expuesta en el Museo Castagnino.
“Desde que nació –se lee en la biografía de la autora en revista Anfibia–, Hagar nunca durmió la siesta. La curiosidad ante lo que podía perderse del mundo era más atractiva. Al volver del colegio o de cualquier actividad el ritual era contar lo que había pasado como si fuera un cuento en sí mismo.”
De acuerdo a esa introducción biográfica, Hagar “hizo talleres de escritura, y a los 13 años en uno descubrió esa vocación que cruzaba la realidad con la narrativa a través de las crónicas en los diarios y revistas. Amaba el olor de la tinta sobre los diarios de su abuelo. De adolescente viajó en tren desde Buenos Aires hacia Santos Lugares para dejarle una carta a Ernesto Sábato, y se arrepintió toda la vida de no haber tomado clases con Alma Maritano, escritora generosa y adorable a quien entrevistó en sus primeros años de juventud.”
Transcurrió un terciario, una Licenciatura de la Universidad Nacional de Rosario y un posgrado de Flacso en Escritura Creativa y Comunicación, y en el camino afiló el complejo oficio narrar la realidad desde su ciudad adorada por adopción. Desde allí escribe en el portal de noticias Rosarioplus, colabora en el diario El Litoral y el suplemento El Mirador Provincial de Clarín en Santa Fe. Hagar participó en los libros colectivos 6to Encuentro Regional de Escritores Jóvenes (Ciudad Gótica 2002) desde el taller de poesía de Andrea Ocampo, y Los pies en el barro de crónicas de los alumnos del Postítulo y Licenciatura en Periodismo UNR (2011- 2012).