Cualquier lector desprevenido, y familiarizado con los paisajes de la Pampa húmeda, al leer el título de la obra (Oliveros, editada por UNR Editora) pensaría que la historia narrada por Federico Aicardi se construye en los límites que mapean la famosa Colonia Psiquiátrica de esa localidad. Pero no. Una de las noblezas de la novela, que se desarrolla a lo largo de casi 400 páginas, es que aunque sea una historia híbrida que bordea los límites del terror juvenil, al mejor estilo Stephen King, no cae en la tentación siempre latente del lugar común. Seamos claros, es tentador escribir sobre la locura, sobre todo, si la historia que se quiere contar ocurre en una pequeña localidad donde el infierno es grande por la impronta de la presencia de una institución total. En este caso, el psiquiátrico es solo un elemento más del paisaje pueblerino de un mundo de otro siglo.
Oliveros, un pueblo cargado de las huellas de los dolorosos años 70 y la presencia de una atmósfera densa que el desasosiego del arribo de los 90 generaba. Porque hay que ser justo, la atmósfera era densa no sólo en Oliveros en la década menemista. Una densidad que ahondaba las heridas de antaño mediante los primeros flagelos de un modelo económico liberal que desde el famoso Consenso de Washington (1989) castigaba a las economías emergentes con el decálogo para un supuesto milagro económico.
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Con un narrador en tercera persona, de pulso y tono coloquial, Federico nos acerca a las voces y sentires de la última generación de jóvenes que adoleció en la era analógica, con toda la conexión sensoperceptiva que aquello conllevaba. El narrador nunca se distancia de los ojos de Fer, un joven que experimenta su despertar a la vida. El primer contacto con el sexo, la música, algún que otro vicio y los primeros dolores y placeres amorosos. En el seguimiento del joven que tiene todo para perder, Aicardi va armando una interminable playlist de temas clásicos de los años ’70, ’80 y principios de los ’90 que aportan no solo música a la historia, sino una especie de algoritmo analógico de la cultura de época. En la novela suena “You really got me” de los Kinks, “Love Me Do” (sin remasterizar) de The Beatles que se mezcla con “Vogue” de Madonna y las canciones de protestas de Silvio Rodríguez, Luis Eduardo Aute junto a Juan Manuel Serrat. Detalles que sumergen al lector que peina algunas canas en una atmósfera que le será familiar y mediante los ojos de Fer se subirá a la máquina conducida por Marty McFly para volver al mundo propio de sus despertares. En este punto la novela es transgeneracional, porque su forma es un anzuelo para el lector juvenil que comienza a realizar los primeros pasos en el mundo literario, y verá un fiel reflejo de como vivían sus padre en aquel mundo que se perdió en el siglo pasado con el desembarco de la era digital.

La adolescencia narrada por Aicardi, es la primer generación de hijos de padres que se divorciaban. Es la generación de los hijos de padres castigados por la última dictadura militar, impotentes para contener las crisis existenciales de sus crías que parecen devolverles un espejo insoportable. Adultos sin horizontes ni utopías, que se desmoronan puertas adentro, bajo el mantra de las adiciones. Hijos que naufragan y crean comunidad con sus pares, pero no con la finalidad del horizonte utópico, sino, la simple utilidad existencial del sostenerse mutuamente y educarse en el común descubrimiento de la búsqueda de la épica perdida. En los ’90 que describe Aicardi, el otro adolescente está ahí, en cuerpo y alma para decir “cuentas comigo”.
Una historia que se resuelve con giro inesperado en su trama, pero desde los bordes del terror como género, con fantasmas que atraviesan las costumbres de una comunidad que sin decirlo nos advierte que recordar es mejor que callar. Que somos resultantes de una historia, y que no podemos negar de donde venimos, porque desde las heridas de un pasado sin elaborar, la ley parece ser universal con un retorno voraz y despiadado.
Sobre el autor
Federico Aicardi (Rosario, 1980) es Licenciado en Comunicación Social egresado de la UNR. En el año 2019 publico su primer novela de la mano del sello literario Casagrande. Se titula Las mujeres no peinan caballos. Su actividad literaria lo llevo a escribir el guión de Xemials en coautoría con Romina Tamburello, seleccionada en el concurso de series web del INCAA de 2019. Publicó cuentos de su autoría en distintos diarios y revistas del país. Dirigió el pasaje de libro a radioteatro de las novelas Un cuento de navidad y Alicia en el país de las maravillas, para el Ministerio de Educación de Santa Fe. Desde el año 2020 lleva adelante el taller de escritura “Un mundo propio” y desde el 2022 el programa radial homónimo en Radio UNR, donde entrevista a distintas personalidades de la cultura rosarina. Desde el 2023 conduce “Narradorxs”, ciclo de entrevistas con escritoras y escritores de todo el país.
