La voz notable y talentosa de Beatriz Vignoli se lee sin sibilancias a lo largo de toda su obra, tanto en su trabajo como cronista y artista, como en su poesía y su narrativa. Aquí, sobre este escrito, están mis gatas testigas de esta reseña garrapateada que, en algún momento, se vuelve especular y espectacular. Ellas se acomodan entre prendas usadas y están ya acostumbradas al “amasijo”, como dice Vignoli, de nuestras relaciones.

Reverie* es una novela de no ficción en la que se evidencian la destreza y la singularidad de Beatriz Vignoli. Asoman personajes y nombres propios que ocupan lugares co-protagónicos: Rafael Bielsa, Frankenstein, Perséfones, Harguindeguy, Godot, Beckett, Kavafis y Sara Gallardo, quien ordena y nutre. Pero el gran factor antropizado es Didí, su historia con Viví y su nueva vida con la autora.

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Editada por Mansalva, la novela de la que acá se publica un fragmento, cuenta la historia de Vica, que a los 42 años recuerda una infancia de abusos sexuales por parte de su padre.

El ronroneo de Didí, su redondez y su candidez marcarán el pulso y el grandor del trayecto completo por esta obra. La muerte de Viví, su madre, lo pone a Didí gato en un lugar de indefensión y vulnerabilidad, por lo que debe mudarse de casa y conseguir una nueva compañera. Didí es un gato con carácter y con personalidad. La autora se compromete a encontrarse con él, cuya orfandad y desoriente lo vuelven díscolo en este lugar desconocido: la casa de Beatriz. Ella se propone una misión y le pide al mundo exterior, “no me llamen… no los necesito, tengo un gato”, se sitúa en la desconexión para organizar el vínculo con Didí.

Didí ahora es sobreviviente y Viví era una sobreviviente. Didí es un gato cerebral, su compañera lo espera y dispone de su casa para alojarlo y que se sienta a gusto. Logran así una armonía entre dos. Beatriz se vuelve la novel compañera dispuesta a la escritura junto a un gato desamparado, mientras lo rodea con giros oníricos beckettianos. Así aparecen despliegues que se tejen sagaces, noctámbulos, ágiles y felinos. Se cuelan múltiples relatos bajo el esperado rumor de Didí y ante la polifónica maestría de Beatriz.

En el relato de la madre de Didí: Vivi; su vida y su pasado, emerge el periplo biográfico de quién fuera una mujer noble, militante, leal y amorosa; de quién se aprendía a leer en silencio Conducción Política sobre escritorios socialdemócratas.

Otro relato, es una llamada o una alerta de una Vignoli exhausta, de tanto trabajo, quién a modo de confesión pone límite a los gacetilleros vanidoso: STOP y HARTAZGO. Y, en contrapunto, se atreve al tecleo colaborativo con Didí, dándole lugar a sus necesidades instintivas y fisiológicos para ejecutar, de una vez, la vida doméstica en común.

Brotan también, y en bastardillas, los relatos de la ensoñación, las voces de la noche y de otros gatos multicéfalos, poetas casados y viajes por tierra. Otros relatos dentro del gran magma del relato despierto y alerta. Pero, en redonda, el texto nos cuenta el “diario extimo” de un gato y su consorte, en el que hay un montaje cinematográfico de cuerpo presente, el registro de la voz de Vivi y el cobijo que Beatriz le dará a Didí. En este acoplamiento de múltiples tecnologías se instala el espacio de ternura compañera entre ambos. En este cuarto relato Beatriz nos ofrece el testimonio de Viviana por YouTube, transcripto en el libro. Diríamos también, la voz como verdad y manto del arrullo. Con el relato sonoro de Vivi volvemos a otro tiempo, y a otros tiempos, en cuyo espesor la historia se activa. Se reconstruye la vida de Viviana, su aparición con vida gracias a la búsqueda de su Madre. Ahora, en esta nueva vida, se sitúa el encuentro del amor entre Beatriz y Didí.

En las velocidades de la quietud kinésica y el movimiento frenético de la subjetividad, Beatriz reconoce el oráculo de las escritoras maestras, y encuentra el sonido del cuerpo y la temperatura del cariño para el abrigo de Didí.

La autora, desde su hogar y de los músculos en reposo, alimenta el sortilegio de esta novela universal prospectiva, de la memoria y de todos los tiempos. Lean a Vignoli.

*Reverie se presentará el viernes 23 de junio a las 18 horas en Ivan Rosado, en la ciudad de Rosario. Sus editores Ana Wandzik y Maxi Masuelli invitan a acompañarlos ¡cómo perdérselos!
Dengue
Sobre el autor:

Acerca de Lila Siegrist

Nació en Rosario en 1976. Es artista visual, editora, productora cultural. Actualmente es Asesora Experta en Análisis de Gestión Cultural, Jefatura de Gabinete de Ministros, Presidencia de la Nación. Se ha desempeñado como Subsecretaria de Industrias Culturales y Creativas, Municipalidad de Rosario (2015-2018), como Directora Provincial de Comunicación Estratégica, Gobierno de la Provincia de Santa Fe (2018-2019). […]

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