La poeta y escritora Maia Morosano y el fotógrafo Maximiliano Conforti unieron su amistad y su trabajo en Con el amor no alcanza (Baltasara Editora, 2018) un libro que trama con letras e imágenes las distintas formas del deseo y el amor. Acá un adelanto del material:
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Como el Pacífico y el Atlántico a la distancia
escribimos poemas juntas,
una forma
de acercar las aguas.
/A uma hora dessas
por onde andará seu pensamento
terá os pés na pedra
ou vento no cabelo?/
Pueden quizás unas líneas
delimitar el espacio entre dos cuerpos,
marcar el ritmo de dos respiraciones.
Hoy esos poemas flotan con elegancia.
Cruzan de océano a océano las latitas acabadas y las colillas.
Un poema es un puente.
Un poema con poemas es el único
que puede viajar por la respiración que pasa
de un pulmón a otro.

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A veces con el amor no alcanza
dijo en muchas ocasiones pero la real,
la que dejó la huella alquitranada en mi espalda fue
la que pronunció lento
después de girar en la cama.
El puente se bambolea.
Veo desde abajo poemas que pasan,
pasan para allá y para allá.
Un diálogo también es un poema,
una soga por donde cruzar.

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Las principales estrellas van
hacia la constelación de Sagitario.
Mamá nació en diciembre, de chica
me llevaba a la calesita.
Cuando iba con ella me subía a la osa.
Papá me enseñó a ver las estrellas,
en el cielo las que estaban, en los libros
las que no se veían. Supe por la enciclopedia
que la osa Mayor es un carro.
Tengo ese tatuaje en la espalda.
Cuando nos montábamos en la cama
mi espalda incendiaba. Poníamos música.
Yo era chiquita antes de beber una flor, un sahumerio,
Otis de fondo cantando.
Yo era chiquita como quien espera ser grande
para poder volver a ser pequeña
llenos de caramelo los cachetes
buscando la sortija sobre el lomo de una osa.
Volverán mis besos
porque los que tengo acá
no son y si son, así
no eran.
Sabrá de todas las cosas
que hicimos a medias
en silenciosa compañía.