Decime / de verdad te pido que lo pienses: / para qué sobrevivir si no es / para eso. Para ser esa yegua/
Claudia Massin
“Nadie sabe lo que puede una yegua”
Rea se propone en la urgencia, en las voces de las prácticas políticas vibrantes, tomar el pulso de un día tan histórico como desestabilizante para el electorado nacional y para las garantías democráticas. En sintonía con la espontaneidad de las masas populares autogestivas, no orgánicas en lo partidario, que salen a las calles a buscar otros cuerpos, otras voces para habitar y militar esta coyuntura.
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Hay quienes no pueden escribir porque están desangrados, conmocionados. Hay quienes envían una opinión personal ya compartida en algún posteo. Hay quienes dedican una reflexión y rápido la llevan a sus perfiles para que corra la voz. Hay quienes se asumen en las antípodas del pensamiento político que encarna Cristina y pese a eso dicen más lúcidamente que los propios. Hay quienes sienten que las palabras no les alcanzan para nombrar los acontecimientos. Hay quienes piden un rato para que la angustia decante. Hay quienes se sienten perdidos, confundidos, resacosos. Hay quienes tipean con el cuerpo. Hay quienes responden desde la calle San José 1111, a las puertas de Cristina, y prometen una reflexión, que al amanecer llega. Esas son las que no duermen.
En estos testimonios, ajustados y certeros, hay sonidos de fondo en los que reconocemos las calles, las plazas, las cocinas, los talleres, los escritorios, la panadería, las fábricas en el cierre de un día con una luna llena rojiza y dolorida.
En las puertas del PJ ordena a una multitud que fue llegando. No llamó a romper nada aunque desde hace rato hay quienes están rompiendo todo. Por empezar el estado de derecho. Pero un poco rotas también están las bases que salieron a la calle por y para ella. Aunque intenten disimular, la orfandad se siente en el aire.
En el tumulto que la escolta se oye el grito de una mujer que insulta a Magnetto. Cristina agrega: amén, amén.
Ella y la espontaneidad.
Ella y la inmensa capacidad de tomar para sí lo que le regala el vivo. Sostiene el micrófono en ese gesto natural, como de haberlo usado toda su vida, lo ajusta y nos recuerda a ese gesto tan suyo de acomodarlos con los dedos. Ahora no está en cadena nacional. Ya no es presidenta. Y desde ahora no podrá ser ni siquiera candidata a diputada por la tercera sección. La querían presa. La tendrán presa.
En un rato estará en su casa de Constitución y el empedrado se cubrirá de manifestantes. Las vecinas de abajo la saludan desde el balcón. Llegan los sindicatos, llegan los pibes y las pibas, llegan las putas, llegan las jubiladas y hasta los troskos se hacen presentes.
Ella saluda desde lo alto. Agita los brazos. Y como siempre caderea al calor de las masas que componen un cuerpo colectivo y a la vez político. Un cuerpo que también es el de Cristina. Como en este tiempo todo el acontecimiento se registra, se transmite, se captura y viraliza pero sucede por fin en la calle antes que en las redes. En la comunión del encuentro, del roce, del abrazo.
Cristina saluda la primera noche, lo hará la segunda. Y cada vez que el pueblo vaya a agitar desde la calle, de cara al balcón, en los días por venir.
Nadie entiende que ella no esté derrotada. Nadie entiende que, aún entre lágrimas, su calle sea un poco una fiesta.
Ella sigue con las patas firmes sobre el suelo. Erguida y plantada y es eso lo que más les molesta. Del daño hace potencia, de la condena reparación. ¿Será la fuente de su vulnerabilidad también la fuente de su poder?
La fusilada que vive. La que dice que tiembla pero no tiembla.
La quisieron muerta. La queremos viva.
La tocaron a Cristina y el zarpazo nos alcanzó a todos.
¿Cómo se sigue ahora?
¿Qué nos trajo hasta acá?
Un nuevo capítulo se abre pero, es cierto, nadie sabe muy bien adonde ir ni qué hacer.
Con Cristina presa: ¿Quién conducirá ahora las piezas del tablero político? ¿Podrá la comunidad organizada ordenar de abajo hacia arriba? ¿Qué es lo que nace después?
***
Marta Dillon (periodista)
Creo que este aceleramiento de la condena de Cristina es una radicalización del modo en que se aglutinó el poder económico detrás del gobierno de Milei. Por otra parte entiendo que Macri está de alguna manera digitando su propio espacio dentro de este grupo cada vez más cerrado que controla los destinos de todes.
Después de ficha limpia la Cámara de Comercio Estadounidense salió a hacer una postura política y se está metiendo en nuestra vida política, y esto producto de estos movimientos que ahora son posible por una desarticulación bastante grande de la base del peronismo y de la representación misma. Es una manifestación de odio supremo al pueblo y eso es lo que más dolor me da.
Se ha trazado una franja muy profunda, una zanja muy profunda, entre quienes pueden quedar dentro de este sistema y viajar a Disney o vivir en Disney porque el dólar está barato y las enormes mayorías que cada vez se tornan más invisibles por los regímenes de visibilidad que hay de las redes sociales, los canales de televisión. Siento una tristeza profundísima.
Ana Longoni (investigadora del CONICET, escritora, profesora de la Universidad de Buenos Aires y doctora en arte)
Ayer estuve, como feminista, entre la multitud que se reunió para acompañar a Cristina. Por ella, y sobre todo por todo lo que significa esa mujer para tanta gente. Se sentía mucha tristeza, una enorme indignación y también un profundo desconcierto. ¿Qué hacer? Su condena socava profundamente nuestra tan vapuleada democracia, y evidencia hasta qué punto la Justicia no es justa.
No pude dejar de recordar el relato de una amiga brasileña que estaba entre la muchedumbre que lloraba cuando Lula decidió entregarse para cumplir una condena que lo mantuvo en la cárcel por años por una causa a todas luces armada por persecución política para proscribirlo: estamos viviendo la remake de un guión ya conocido y ensayado. ¿Podemos hacer algo para cambiar la historia?
Roberto Jacoby (artista conceptual y sociólogo)
Después del che gorila, che, gorila, que se esfumó en la nada, después del atentado más abominable que se recuerda en la política argentina; no queda mucho con qué sorprenderse.
Es como si el fúnebre comité de los poderes que rigen se hubiese puesto de acuerdo en gritar, desesperados: ¡detengan a esa mujer, detengan a esa mujer! ¡Cueste lo que cueste!
Y todo eso, en el medio de una situación en que no sabemos, ni siquiera cuál es el conflicto que hay entre Axel y Cristina
Florencia Garat (Diseñadora gráfica / artista creadora y productora de Mundo Argentino, docente)
No quiero centrarme en lo personal de Cristina ni ser repetitiva de lo que muchas personas digan hoy acerca de ella, de que es una persona sumamente capaz para gestionar y hacer política. Tampoco quiero caer en esas abstracciones sobre la democracia, de que nadie sea acallado, ni entrar en estos escenarios tan peligrosos para la política.
Pero no se me está ocurriendo nada, solo la preocupación de cosas que en estos últimos años aparecieron y que no pensé que iba a suceder no por naif ni por creer que los derechos conquistados estaban firmes, sino porque creo que nos imaginamos un futuro para todos más agradable. Y que uno tiende a pensar que hay cierta mejoría en relación con el futuro.
Me pasa que en estos últimos años viví de muy cerca lo que es el impacto político en las personas, en sus biografías personales, el pensar si vas a ir preso, si te tenes que ir del país, los efectos de haberse comprometido, puesto el cuerpo en tiempos donde tantos otros tienen biografías tan individualistas y donde la preocupación es solamente por lo propio que aparezcan están cosas tan temidas y se conviertan en realidad y ver el efecto que tienen para volver a pensar la política y a la vez saber que hay cosas que tenemos que pensarlas distintos. Es un momento de mucha confusión para mi.
Alejandro Grimson (antropólogo social)
El pluralismo es condición de la vida democrática. Con la proscripción queda una democracia muy dañada. Hoy hemos ingresado en el mayor riesgo desde 1983.
Romina Mazzadi Arro (directora teatral, dramaturga)
¿Te sorprende? Preguntan los pseudo periodistas porteños -panelistas penosos que instalan un debate lamentable cada día, siempre de acuerdo al viento que sople la pútrida boca de quién los contrate- a sus variopintos invitados No, no sorprende. La verdadera sorpresa fue Cristina. La real sorpresa fue que una propuesta como la que trajo Cristina durara lo que duró. Ella, y lo que encarnó, fueron la única sorpresa. Y no la saña cobarde y la actitud delincuencial de quien la condena.
¿Cómo va a sorprender esto en Argentina? Este es el país que vitoreó a Galtieri y mandó a morir a decenas de chicos a una guerra suicida , el país que negó el bombardeo a una plaza abierta, que toleró la venta pueril de sus recursos de manera irrestricta a lo largo de demasiados gobiernos, es el país que nacionalizó repetidas veces las deudas privadas, que indultó a criminales, que tiene una corte amorfa, es un país colonial, lleno de empréstitos y pactos Roca – Runciman y golpes de mercado y Forestales, el país de la AMIA y La Embajada sin resolver, con una capa de poder que mantiene sin pudor sus privilegios y desfavorece a la gran mayoría.
Es el país que votó a un demente, que bancó asesinos en el poder durante décadas, que siguió adelante después de un asesinato en el Senado, y de una Patagonia sangrienta….es el país del nomeacuerdo. Pero también es el país de las luchas, de algunos triunfos, de la dignidad, es el país que desde hace 200 años busca que Lavalle pague por el asesinato de Dorrego, y a veces, algunas pocas veces, consigue que la justicia asome.
Daniel García (artista visual)
Yo no soy K. Nunca voté por Cristina, y nunca lo haría bajo ninguna circunstancia. Pero hoy es un día negro para democracia argentina. Han proscripto a Cristina mediante un fraudulento juicio completamente viciado. Los que festejan esa detención están ideológicamente del mismo lado de los que festejaron el golpe de Videla. Eso es clarísimo.
Aclaro. Esto no es un debate. Este es mi muro, y aquí vuelco mis opiniones. Al que no le guste lo que digo, lo invitó a no seguirme.
Georgina Orellano (puta, peronista, secretaria general de AMAR)
Desde ayer hay algo que se repite mucho entre las compañeras y es que si esto le hacen a Cristina: ¿qué nos espera a nosotras que ejercemos trabajos criminalizados y que estamos todo el tiempo en tensión con la justicia, con la mirada punitiva hacia nuestras estrategias de supervivencia?
Nos preocupa un montón el riesgo que implica para la democracia. Hay sensaciones de angustia y desazón y a la vez compañeras que estaban alejadas del sindicato por cuestiones de trabajo que con lo que sucedió se acercaron nuevamente por ese amor que todavía Cristina les sigue generando a una parte del pueblo. Compañeros que se aferraron a la fe y que dijeron: “le prendimos una vela, vamos a rezar por ella”. Compañeras que se vieron beneficiadas por jubilación por amas de casa o por ser empleadas de casas particulares.
Se siente que viene una situación en que nos tenemos que reorganizar y es una situación en que la organización y la política toma otra dimensión y quizás eso habilita hoy por hoy a una última esperanza: que con esto que le pasó a Cristina se pueda reordenar todo el campo nacional y popular. Que se pueda acompañar no solo a Cristina sino también a muchos compañeros que la están pasando muy mal. Esto es lo que logra sólo la figura de Cristina.
Morena García (poeta, activista trava)
Es muy difícil no caer en un reduccionismo de frases armadas y sentires repetidos. Cuando condenas a Cristina con una justicia que responde no a los intereses de la oposición, sino a los intereses de ciertos grupos de poderes concentrados, habilitas el espíritu del Estado de derecho y alimentás la fantasía alienante que vende la derecha que ahora todo va a estar mejor por que el sujeto monstruo (el lobo no está, en este caso la yegua) que se robó todo ya no está.
Fantasía fogoneada por medios locales y nacionales que a modo de tortura, de la gota que fue horadando en la cabeza de ese votante de manera continua. En contraparte, y este es un deseo meramente propio, deseo que hayan sacado del letargo y la comodidad de la auto masturbación a quienes tienen que construir conducción y organización.
No metieron presa a Cristina, se garantizan este Estado de sitio espiritual donde le ponen cadenas con el miedo a ese sentir militante, no importa tu color político. Y seguirán ejerciendo esto que ellos llaman libertad con la mano ejecutora del poder que es la policía, las viejas tretas para dejar a los viejos morir, a los enfermos morir, a este sector que todavía vemos que la respuesta está en la calle, juntos con aquellos que festejan esta condena sin la más mínima comprensión que su propia miseria.
Que sean tiempos de calle, porque ninguna democracia se consiguió con flores. Que no todo está perdido. Que tengamos un profundo aprendizaje de esto que parece haberse vuelto cíclico. Aprender para no repetir, memoria que le dicen y poder entender y no subestimar la capacidad criminal y asesina de ellos.
Mariano Blatt (poeta y editor)
Considero que se consumó un hecho gravísimo de los tantos que han pergeñado los sectores antinacionales y antipatrias a lo largo de nuestra historia. No es la primera vez, ni será la última. Se proscribe a la principal líder del sector nacional y popular y se atenta contra la democracia. Pero al mismo tiempo, y como siempre en nuestra historia, se vuelve a sembrar la semilla para la reivindicación de la grandeza del pueblo argentino, que más temprano que tarde volverá a aparecer para enarbolar la bandera de la justicia social para todos los que quieran habitar nuestro suelo.
Manuel Brandazza (artista visual y productor cultural)
Ante estos episodios, lo primero que pensé fue: ¿Qué es Cristina para nosotros? Y me acuerdo el día super claro que conecté con ella y siento que fue alguien que en mi caso me abrió los ojos del país que nunca vi, el país posible, no el que éramos, sino el país que nunca vi posible de ser.
Ella fuera del juego, fuera de la democracia es cortar con la voz de las minorías. Siento que nos dio voz a las mujeres, a los trolos, que puso en valor de nuevo la educación pública, la salud, los derechos, la AUH, millones de cosas, la autoestima de un país. La primera que abrió el juego a pensar que nos merecemos eso.
Tengo una mirada positiva y siento que se va a generar un efecto boomerang, o eso espero. Si no está ella se acaba la idea de un país más igualitario, de otro mundo más justo, es un poco eso apagar todas las voces o la esperanza. Pero que no esté presente puede hacer que esa voz sea más colectiva, que las diferencias empiecen a borrarse un poco en un futuro próximo esto que está pasando va a hacer que volvamos con mas fuerzas y más convencidos. Nos va a despertar de nuevo. La voz de ella se va a expandir más. Va a ganar más cuerpo.
Moli Luna (escritora, poeta, docente)
Son varias las sensaciones pero elijo concentrarme en una. Que pese a las diferencias, estamos hablando de una dirigente de una valentía e inteligencia que de a ratos pienso que vio venir este capítulo y tomó la decisión de lanzarse no pese a lo que vendría sino porque el pueblo necesitaba salir de la resignación y el piloto automático (producto de la impotencia y hartazgo de nunca dar a basto con los arrebatos por repudiar).
Por un lado confirmamos que su lectura del panorama político sigue estando un paso adelantada y que en el prime time de las prácticas denigratorias, estamos ante un gesto de absoluta grandeza: miremos cómo no tiembla y aprendamos.
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Estas resonancias de quienes se inscriben contemporáneos y contemporáneas a un acontecimiento político, echan luz y voz ante la injusticia con la esperanza puesta en el movimiento.
Así es que una multitud se mueve, a pie.
En Rosario colmando la Plaza 25 de Mayo, arremolinados entre bengalas y cánticos, abrazos y llantos, expresiones populares ante el desconcierto.
En la capital del país las multitudes se mueven desde la sede del PJ nacional para escuchar la viva voz de CFK y, luego en continuum aeróbico, se acercan al balcón de la calle San José al 1100 en el barrio de Constitución.
Ella se asoma, emerge a los vitoreos y a los flashazos intermitentes.
Lo siniestro da miedo y paraliza, pero esta vez se necesita sacudón. ¿Sacudir para despertar? ¿Cómo se sale del letargo? ¿Qué tiene que pasar para romper con el adormecimiento y la apatía?
Se lee en un graph de C5N una frase hermosa y anónima: “El amor no se proscribe”. Abrimos los ojos para sostener la esperanza y la acción en el movimiento.