El jueves 27 de abril pasado, en Realistas, el programa de radio de Rea, conversamos con el historiador Darío G. Barriera sobre la larga historia de las islas Malvinas desde que los hombres de mar las avistaran en el siglo XVI hasta el presente, cuando su población militar supera a la civil y su economía representa uno de los PBI más altos del mundo. El reclamo por la soberanía argentina sobre Malvinas está en la Constitución Nacional. “La causa Malvinas tiene más de un siglo, no se inventó con el conflicto de 1982”, dice Barriera y traza su historia, desde que franceses, ingleses, españoles, holandeses descubrieran su posición estratégica cerca del paso entre los dos océanos hasta nuestros días.
Lo presentábamos así.
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Una noche como hoy hace 41 años, a más de dos mil kilómetros al sur, en las islas Malvinas, los soldados argentinos apostados en el archipiélago esperaban el desembarco de las tropas británicas, que ya habían tomado las islas Goergias del Sur e iniciarían los combates el 1º de mayo.
Esta noche nos visita Darío Barriera, quien investigó no sólo la historia de esa guerra, sino lo que esas islas significaron a lo largo de la Historia y lo que la guerra introdujo en la sociedad argentina desde entonces.

El 1º de abril del año pasado, cuando se cumplían cuatro décadas del desembarco argentino en Malvinas, en revista Rea, nuestro historiador invitado publicó un extenso y magistral artículo bajo el título “Las islas simétricas”, en el que comenzaba señalando: «La causa Malvinas, se dice, es una causa de unidad. Lo mismo que el Nunca más. Sin embargo, una y otra tienen a sus negacionistas y sus disidentes.
«En un mapa de la República Argentina, las Islas Malvinas se destacan por varias razones. Una de ellas es que su imagen, tantas veces y en tantos soportes reproducida, acabó por convertirse en lo que el historiador Benedict Anderson ha llamado un mapa logo, esos que una comunidad puede reconocer por su forma incluso si faltan referencias para ubicarlo. El de Malvinas, además, es un logo que tiene cierta simetría. Para Carlos Gamerro –el autor de Las Islas, que junto con Los pichiciegos, de Enrique Fogwill, es una de las ficciones más perturbadoras que se han escrito sobre la Guerra de Malvinas– lo inconfundible de su forma coloca al mapa en el renglón de los íconos nacionales –“con las manos de Perón, el rodete de Evita, la sonrisa de Gardel y la melena de Maradona”. Pero lo que para el mismo autor promueve una “peculiar fascinación” es su “simetría geográfica”, aquello que, asegura, lo asemeja a una mancha de Rorschach, “esas manchas simétricas de tinta en las cuales el paciente puede reconocer las formas del delirio o del deseo, y el médico estudiar las de su locura”.
«Si a esto se me permite agregar que el Estrecho de San Carlos tiene todo el aspecto de una grieta, el carácter icónico, para el cínico o el morboso que casi todos llevamos dentro, no podría ser más completo. La simetría de la que habla Gamerro, claro está, es inaceptable para matemáticos o ingenieros. No es una simetría geométrica. Solo es válida para temas que admiten la metáfora como medio de búsqueda, como disparador de reflexión. Y este es uno de ellos.»

Con esa transversalidad disciplinaria, el texto recupera la historia de las islas desde los siglos XVII y XVIII, cuando entraban en la calificación colonial de “desierto” y comienza la primera de las tareas de apropiación: dibujarlas en un mapa.
Antes de la conversación con Barriera hice una operación muy sencilla en internet. Ingresé al sitio TheTrueSize, que es una herramienta para desenmascarar las deformaciones en el tamaño de los países del hemisferio norte en el mapamundi y nos permite comparar el tamaño real de países africanos, por ejemplo, con el exagerado tamaño de muchos países europeos. Allí comprobé que las Malvinas tienen el tamaño de Haití, en el Caribe, y son más grandes que Jamaica. No es un tamaño despreciable para unas islas que hasta entrado el siglo XX estaban en la puerta del pasaje entre el océano Atlántico y el Pacífico.


“Para los argentinos y las argentinas, la guerra de Malvinas fue y sigue siendo una experiencia histórica fuera de lo común. Además, generó un sujeto social nuevo: los veteranos de guerra”, dice Darío Barriera, investigador del Conicet, vicedirector del Instituto Investigaciones Socio Históricas Regionales (Ishir, Conicet-UNR) y coordinador del Programa de Investigación y Extensión Universitaria Malvinas y el Atlántico Sur (Myas) en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario.