Simon Reynolds nos cuenta en Retromanía que ese museo en el que hoy se desarrolla el pop-rock es “retromaníaco”, está tan apegado a su propio pasado que deja el evento, es decir, ese acontecimiento que iba a suceder y marcaba el porvenir, en el pasado. En otras palabras, deja el futuro sin evento.

Hasta ahora atravesamos el presente en el deseo del porvenir, pero incluso ese deseo, como el presente, se encuentran en suspenso. El ahora del aislamiento y el futuro que le sigue, se presentan fantasmales; el tiempo se ha dislocado.

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Gracias porvenir

En 2020 pedimos a Gerardo Rozin un texto para la edición digital de “Bitácora del porvenir”, en la primera ola de Covid-19. “Hemos superado tantas batallas como días hemos vivido”, escribió.

El evento, ese que la “retromanía” ubica en el pasado, parece haber alcanzado el presente: la cuarentena se consuma y consume cualquier posibilidad de otro tiempo, la devora como un evento único, inescapable.

“Ahora las nubes parecen televisadas./ Ahora, por los parlantes de la radio apagada, circula el aullido del viento./ Ahora los pájaros cantan de golpe, como si saltara una alarma./ Ahora, de tanto fumar, nunca fumamos cuando queremos./ Ahora nuestros hijos usan de espejo la tapa del microondas./ Ahora la casa nos agota./ Ahora una erección no necesita objeto”, escribe en estas páginas Francisco Bitar. Ese ahora inacabado, para el que las frecuentes películas de catástrofes apocalípticas parecen no habernos preparado, tiene acaso como único horizonte, como único atrás del espejo –según la imagen del poeta– la bonhomía de un estado cuya presencia es una urgencia del presente. Hasta que la urgencia misma se consume y la vemos arder sin grandes fogonazos, como una de esas cosas que dejamos para más tarde.

La literatura, los ensayos, la poesía, que son también ejercicios de deseo, son lugares donde se organizan –se anudan, en varios órdenes– lo actual y lo pretérito, para dar lugar a un porvenir siempre inminente, pero que ya tiene la forma de esa otra cosa que traerá el futuro.

El mundo venidero acaso sea como la aurora prístina del último domingo, con pájaros que trinan en las ramas, ajenos al confinamiento de la familia y el sol derramándose pleno sobre las sábanas colgadas del paciente muerto –para retomar la imagen del célebre haikú.

En enero de 2012, Giorgio Agamben escribió que para entender lo que significa la palabra futuro primero tenemos que saber lo que significa la palabra fe. “Hay futuro sólo si podemos esperar o creer en algo”, dice y refiere las indagaciones de un teólogo que trabajaba sobre la palabra pistis, que es la palabra griega que Jesús y los apóstoles utilizaron para la fe. Nuestro erudito se encontraba casualmente en una plaza de Atenas y al mirar hacia arriba vio escrito en grandes letras ahí adelante: Trapeza tés Pistéos. “Sorprendido por la coincidencia –la palabra pistis– observó con mayor atención. Después de unos segundos se dio cuenta de que se encontraba simplemente delante de un banco. Trapeza tés Pistéos significa en griego ‘Banco de crédito’”. Y anota Agamben: “Pistis: la fe es lo que da realidad a lo que aún no existe, pero en lo que creemos y tenemos fe, porque en ella ponemos en juego nuestro crédito, la palabra nuestra. Algo como un futuro existe apenas en la medida en que nuestra fe consigue darle sustancia, esto es, realidad a nuestras esperanzas”.

No sabemos, apenas imaginamos cómo será el porvenir, el mundo venidero, pero si algo es cierto es que comenzaremos a darle crédito una vez que alguien comience a ponerle palabras.

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Cámara de Diputados de Santa Fe
Sobre los autores:

Acerca de Virginia Giacosa

Periodista y Comunicadora Social

Nació en Rosario. Es Comunicadora Social por la Universidad Nacional de Rosario. Trabajó en el diario El Ciudadano, en el semanario Notiexpress y en el diario digital Rosario3.com. Colaboró en Cruz del Sur, Crítica de Santa Fe y el suplemento de cultura del diario La Capital. Los viernes co-conduce Juana en el Arco (de 20 a 21 en Radio Universidad 103.3). Como productora audiovisual trabajó en cine, televisión y en el ciclo Color Natal de Señal Santa Fe. Cree que todos deberíamos ser feministas. De lo que hace, dice que lo que mejor le sale es conectar a unas personas con otras.

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Acerca de Lila Siegrist

Nació en Rosario en 1976. Es artista visual, editora, productora cultural. Actualmente es Asesora Experta en Análisis de Gestión Cultural, Jefatura de Gabinete de Ministros, Presidencia de la Nación. Se ha desempeñado como Subsecretaria de Industrias Culturales y Creativas, Municipalidad de Rosario (2015-2018), como Directora Provincial de Comunicación Estratégica, Gobierno de la Provincia de Santa Fe (2018-2019). […]

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Acerca de Pablo Makovsky

Periodista, escritor, crítico

"Nada que valga la pena aprender puede ser enseñado."

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